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viernes, 14 de junio de 2019

Rumbo al K2

Hace escasamente un año volvía de intentar el Dhaulagiri (Himalaya de Nepal) con un regusto amargo de decepción al no haber alcanzado la cumbre e impotencia por estar a 100 MTS de conseguir el objetivo y tener que darme la vuelta, bajar exhausta, cansada y triste por otra oportunidad perdida.... Los que practicamos este deporte en estilo amateur, no podemos permitirnos volver una y otra vez a intentar la cumbre, es mucho esfuerzo ahorrar tanto dinero para volver a la misma montaña, a mí al menos me desmotiva intentar año tras año la misma, porque llegas a cogerle manía al campo base, a la ruta y hasta al cocinero, jeje, que el pobre no tiene culpa de nada.
Pensando como siempre digo, no vuelvo más, no pierdo más meses de mi vida durmiendo en un glaciar, no gasto más mis ahorros en este "enganche"... Y pensando pensando, pensé...¿y qué hago entonces? ¿qué puedo hacer que me haga tan feliz, que me haga sentir tanta emoción y me depare tantas sensaciones extremas e intensas????? Pues irme a alguna otra montaña que no haya intentado nunca o que a pesar de haberla intentado me siga atrayendo.
Y así es como se va cociendo a fuego lento la búsqueda de un nuevo objetivo, un nuevo reto, un nuevo sentido a mi vida, a esta vida cotidiana monótona y finita, sedienta de sensaciones fuertes y extremas para ser consciente de que es vida.

Así es como un buen día me dice Juanlu, el presidente de mi club (Sierra Sur Morón), "mira Lina, cómo no te vayas al K2, no te van a dar nunca ayudas, los demás ochomiles ya están muy vistos y además el K2 no lo ha subido nadie en Andalucía" y esa idea empieza a rondar por mi cabeza. Y pensando, pensando, pienso: total, si es igual de peligroso uno que otro, las grietas del glaciar del Manaslu, con 100 personas pasando a plena hora de máximo calor, son casi tan peligrosas como cualquier pendiente helada del K2, ¿y la avioneta de Kathmandú a Lukla? ¿No es eso más peligrosos que bañarse en pleno agosto en Chipiona después de comerse dos platos de fabada? ¿E ir montada en un Jeep sin dibujo en los neumáticos por la Highway del Karakorum? ¿No es peor eso que subir por el cuello de botella del K2? Puestos a arriesgar..... La vida misma es un riesgo continuo, cada mañana levantarse es ya un regalo y cada día que pasa, ¿no estamos arriesgando en cada momento? Vamos, que el listo que nos timó en el Ararat-Travel que iba con escopeta, era capaz de matarnos por 1.500 cochinos euros!!! ¿No fue eso un riesgo enorme de perder la vida?
¿Y voy a renunciar a intentar un sueño, el sueño de intentar escalar el K2, por la idea de evitar un riesgo?, el riesgo forma parte de la vida y quiero asumirlo.
Sé que tendré que darlo todo, sé que habrá momentos en los que piense que estoy loca, que porqué me habré embarcado en un proyecto de semejante magnitud, pero mientras más exigente es la meta, más me motiva intentar conseguirla.
Ya conozco a los compañeros con los que comparto el permiso de Ascensión, son todos superjóvenes, solo  hay unn francés  con 61 años y yo, que ya estoy considerada la "abuela" de la expedición, jajaja, a mucha honra!!!! Espero disfrutar de esta locura e ir mandando fotos y noticias para que la podáis vivir de cerca conmigo.
Gracias a las empresas colaboradoras por ayudarme a intentar este objetivo.
Lina Quesada